02 mayo, 2011

La pelota es redonda y huele a tabaco


Ciego de Ávila.- No me equivoqué de refrán y el tono imparcial prima en estas líneas a la hora de comentar el play off final por el título de la 50 Serie Nacional de Béisbol, que este lunes celebrará su sexto partido en esta ciudad con ventaja 3-2 para los de la tierra del mejor tabaco del mundo.
Si bien es cierto que los números y el rendimiento antes de empezar la gran final estaban muy parejos, con ligera inclinación hacia los “tigres” de Roger Machado, lo visto en estos primeros cinco desafíos muestra un mejor desempeño pinareño en todos los ámbitos de juego, de ahí la balanza a su favor cuando se intente hablar hoy de un favorito al título.

La ofensiva de los muchachos de Urquiola compila 314 en esta final por 227 los campeones orientales, en tanto su pitcheo trabaja para 3,47 por 4,09 sus rivales. En una de las armas más poderosas de los avileños, la defensa, tampoco han estado bien y suman 7 pifias por 5 los vueltabajeros, incluso eso les costó el cuarto partido, con tres errores en una misma entrada.
Si a eso le agregamos que solo dos tigres batean por encima de 300, Rusney Castillo y Yoelvis Fiss –este último, sin duda, el mejor de los play off al igualar récord en hits (28) y jonrones (8) y a una de la marca de impulsadas (23)- y que Vladimir García y Yadir Rabí son los únicos serpentineros que han podido detener la artillería de los “lobos”, cuesta mucho pensar que podrán remontar por segunda vez un play off 1-3 , tal y como hicieron con Villa Clara en cuartos de final.
Del lado más occidental no solo ha primado el buen desempeño de los tres abridores y sus dos relevistas, sino la respuesta con el madero de sus compañeros, liderados por Reinier León (400), Lorenzo Quintana y William Saavedra, ambos con 380, y el capitán Donal Duarte (314), en tanto el regreso a alineación de Yosvani Peraza, de 4-2 en los dos últimos pleitos, redondeó una tanda bien difícil de dominar del primero al sexto turno.
Es cierto que saberse con la victoria a flor de piel para una afición delirante e incontenible –repletaron como hacía años no se veía el estadio Capitán San Luis- pudo haberlos presionado en el último encuentro en casa, donde se enfrentaron a un novato Yadir Rabí que lanzó el juego de su vida y demostró tener corazón y muchas más C para partidos claves.
Pase lo que pase en lo que resta de esta final inédita, nadie podrá negar que la rivalidad y entrega de ambos equipos llenaron de emoción a muchos que apostaban al aburrimiento “si no estaban algunos de los grandes conjuntos de la pelota cubana”.
La pelota es redonda y huele a tabaco hoy. Vladimir y Rabí podrán cambiar la historia, pero habrá que esperar y convencer. Sería entonces una hazaña para nuestras series nacionales.

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