07 julio, 2010

Puyol pone a España en final inédita











Con el mejor fútbol que saben hacer, España se convirtió en el otro finalista de la Copa del Mundo —en lo que será una discusión inédita por el título para estos torneos—, tras superar 1-0 a Alemana, con gol de cabeza del defensa Sergio Puyol.
El partido mostró una “Furia Roja” a la altura de lo que habíamos visto hace dos años cuando se coronaron en la Eurocopa —igualmente con victoria sobre los germanos—, con una formación que apenas enseñó fisuras y en la que desde el principio hubo claros intentos de destrozar las aspiraciones del que hasta el momento se calificó “como el mejor elenco del mundial”.
Con una actuación espectacular y sin fisuras, España salió a demostrar por qué llegó a Sudáfrica como favorito y desde los primeros minutos puso en peligro la portería alemana, con remates y llegadas constates del propio Puyol, Andrés Instes y David Villa, este último ambicioso de gol, pero sin la efectividad de los cinco desafíos anteriores.
Mientras los ibéricos se alzaban como dueños del balón en los primeros 45 minutos, los tricampeones del orbe apostaron todo a los consabidos contragolpes, a pelotazos largos que buscaban al delantero Miroslav Klose y a una defensa férrea, en la que estuvo igualmente muy activo su portero Manuel Neuer.
Vencido el tiempo de descanso, la tónica del encuentro resultó idéntica, con las mayores oportunidades reiteradas para los discípulos de Vicente del Bosque, quien respetó su fidelidad al planteamiento táctico ofensivo, sin descuidar el juego del toque-toque, tal y como nos ha tenido acostumbrada la selección roja desde los últimos tres años.
Y de tanto intentarlo, se coronó lo que todos esperaban. En jugada a balón parado, el armador y centrocampista Sabih colocó un centro ideal sobre el punto de penal, que el rápido y activo Sergio Puyol no perdonó para mandar el balón a la red con un cabezazo de leyenda, gritado no solo por miles de espectadores en el estadio, sino por toda España.
Si bien es cierto que entonces los teutones despertaron y se lanzaron con todo al ataque, al abrazo en el marcador, la zaga española resultó un muro infranqueable, liderado por su capitán y portero Iker Casillas, quien despejó dos disparos con malas intenciones de dianas.
Al parecer, la profecía del pulpo que habita en un acuario alemán era correcta. España, la nación con la liga de fútbol más seguida y publicitada del mundo, está por vez primera en una final de estos certámenes, por lo que saldrá un nuevo campeón, pues su rival el próximo día 11, Holanda, ya discutió dos veces, pero terminó en plata (1974 y 1978).
Como diría un comentario de la prensa española: “El fútbol español por fin ha dado ese paso adelante, por fin se ha animado a creerse y a convencerse de que en nuestro país hay nombres más que de sobra para aspirar a la gloria”.
Y se lo han ganado.

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