18 julio, 2010

Bicivoladores de montaña en Cuba

No hay nada más parecido a volar sobre bicicletas que el ciclismo de montaña, sobre todo cuando se trata de vencer los descensos impresionantes en medio de la boscosa vegetación que rodea los circuitos. Para buena suerte de esta disciplina y del deporte cubano, desde hace casi dos años Cuba cuenta con sus “bicivoladores” de montaña.
Sin mucho ruido, pero con gran animación y espectacularidad se realizó el pasado 26 de mayo, como parte de la V Olimpiada del Deporte Cubano, la primera competencia oficial de cross country, una de las modalidades del mountain bike, la cual dará mucho que hablar en el futuro, tal y como lo han hecho el ciclismo de ruta y pista, con medallas a todos los niveles.
Esfuerzo al dedillo…
Los inicios del mountain bike en nuestro país tienen dos nombres visibles: Lizardo Benítez y Alfredo López. El primero, un consagrado ciclista de ruta y conocedor, como pocos jueces, de las reglas específicas de esta modalidad, que le valió para realizar, guataca en mano, el trazado del primer circuito para la práctica de esta especialidad en la zona este de la capital cubana, muy cerca de la famosa playa de Santa María.
El experimentado entrenador López, otrora director técnico de la selección nacional de ruta en la década de los 80 del siglo pasado, acogió con desbordado entusiasmo y similar pasión la responsabilidad de dirigir el estrenado equipo nacional en el que militan, además del guantanamero Benítez, el matancero Vicente Sanabria y los espirituanos Joel Solenzal y Yoandri Freire.
“Para hacerlo me basé en la experiencia que tengo en el ciclismo, en los estudios que he hecho sobre esta especialidad —una de las doce que incluye el mountain bike — y en la propia condición de guajiro natural. Lo que está establecido es que el circuito de cross country debe tener tramos de pavimento, descensos, subidas en recta, otras en zigzag, así como varios metros de superficie plana”, explicó Benítez, quien coincidió que al único existente en Cuba se le pueden realizar modificaciones en el futuro en función de hacerlo más interesante y difícil.
“Es impresionante que podamos contar con esos cuatro muchachos —en septiembre se incorporarán Yosvany Cáceres y José Mujica— y con ese circuito, hecho por ellos mismos en horarios extra. La primera competencia demostró que es posible pensar ya en algún evento internacional y probarlos”, comentó López, otrora entrenador del máximo triunfador de Vueltas a Cuba, Eduardo Alonso.
Protagonistas y futuro
Esta especialidad de las bielas y los pedales está integrada al programa olímpico desde 1996 —se compite en Juegos Centrocaribes, Panamericanos y Olímpicos— tuvo como primer ganador oficial en un evento en la Isla, al veterano corredor Vicente Sanabria, quien este 2010 fue también el primer cubano que vistió la camiseta amarilla de líder en la Vuelta a Cuba de febrero pasado, algo con lo que tampoco había soñado.
El próximo año, Colombia será sede del campeonato panamericano de esta modalidad, con boletos para los Juegos de Guadalajara 2011. “Esperamos asistir y conseguir la clasificación, en tanto soñamos participar en alguna Copa del Mundo de las seis que se celebrarán en el ciclo 2011-2012, lo cual estará en dependencia de los resultados que vaya teniendo el equipo”, señaló López.
Hacia lo interno, nuevas iniciativas tendrán lugar para los meses de octubre- noviembre, entre ellas la inclusión del four cross, otra modalidad del mountain bike, en las concurridas exhibiciones de motocross que se realizan en circuitos habaneros con saltos y peraltes. Lo más interesante será que todos lo que acudan con bicicleta montañesa y un casco podrán participar en dichas convocatorias.
En medio de ese futuro cercano y cada vez más esperanzador, lo cierto es que el 26 de mayo se hizo historia. A falta de recursos —se espera muy pronto la entrada del equipamiento oficial, pues las bicicletas usadas hoy son todas particulares— se impuso la voluntad, la entrega y esfuerzo. Los “bicivoladores” de montaña llegaron para quedarse en Cuba y todos confiamos en que vivan entre nosotros cargados de premios.

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