¿Qué hay detrás de la fachada de Sudáfrica 2010?

El 11 de junio la tierra volverá a detenerse. Al menos una buena parte de esta, cuando suene el primer silbatazo de la XIX Copa del Mundo de Fútbol en el partido México-Sudáfrica. Muchos son los comentarios, pronósticos, entrevistas e informaciones que inundan —y seguirá así por espacio de un mes— todos los medios de comunicación.
Sin embargo, a la par que las declaraciones del argentino Leonel Messi se reproducen en cientos de páginas impresas y digitales, y las encuestadoras más serias ubican a Brasil, Alemania, Italia, España y Argentina como las formaciones más votadas para alcanzar el título, otras noticias siguen detrás de la fachada, muchas de ellas vinculadas al filón económico que representa el certamen deportivo de mayor ganancia de cuantos se celebran en el planeta.

¿Rivalidad de marcas o goles?
Ocho grandes firmas serán las encargadas de vestir a los 32 equipos, pero tres de ellas se reparten el mayor pastel. Adidas lo hará con España, Alemania, Argentina, Dinamarca, Eslovaquia, Grecia, Paraguay, Sudáfrica, Nigeria y Japón; Nike será su principal rival con Francia, Brasil, Holanda, Serbia, Portugal, Eslovenia, EE.UU., Corea del Sur, Australia y Nueva Zelanda, mientras Puma es la tercera en competencia con Italia, Camerún, Suiza, Ghana, Costa de Marfil y Uruguay.
Fuera de estos grandes consorcios quedaron solo Inglaterra (Umbro), Honduras (Joma), Argelia (Le Coq Sportif), México y República Democrática de Corea (Erke) y Chile (Brooks). ¿Proceso inevitable o exacerbado por la propia FIFA?

Tecnología en el vestuario
Dentro del vestuario, Adidas —la firma de más contubernio con la FIFA desde 1974— presentará una innovación. Al dorso de las camisetas será visible una X, para nada decorativa, sino tecnología pura y dura para mejorar el rendimiento del jugador. Se llama TechFit y comprime ligeramente la camiseta, en tanto permite aumentar el salto, la velocidad y reducir la resistencia al aire del jugador. ¿Pequeña ventaja para los 12 equipos “casados” con la firma alemana?

El que reparte y reparte
Sin restar para nada la pasión y el mérito que representa llegar a una justa como esta, los premios en metálico de la Copa dejan boquiabiertos a más de uno, sobre todo en medio de la crisis económica europea y mundial. El comité ejecutivo de la FIFA aprobó el aumento de 261 a 420 millones de dólares. El ganador se llevará 31 millones, mientras cada uno de los 32 equipos participantes recibirá al menos 9 millones desde la primera ronda, según precisó Jerome Valcke, secretario general de la FIFA. Todo eso sin contar lo que cada país ha fijado, en cifras monetarias, por jugador si avanzan como equipos a la siguiente ronda o quedan entre los primeros. ¿Es el Mundial de los goles o los millones?

Los más jóvenes tendrán recompensa
En la misma sintonía de la publicidad, el negocio a toda costa y una recompensa olvidada, este 2010 se entregará por vez primera el premio al mejor jugador joven de la Copa Mundial, el cual será patrocinado por otra conocida firma: Hyundai.
Se trata de un galardón especialmente importante y que hará mucha justicia. Basta recordar que el futbolista más joven que ha ganado con su equipo estas lides fue el brasileño Pelé, con 17 años, en Suecia 1958. ¿Será el inicio de una estrategia para impulsar las ganancias en los campeonatos universales de esa categoría?

¿Primer estadio cuántico?
El majestuoso arco que se eleva por encima del Estadio de Durban no constituye la única primicia de una cancha sudafricana en la Copa Mundial, pues acaba de convertirse oficialmente en el primer estadio
“cuántico” del planeta. La criptografía cuántica es un nuevo método que proporciona seguridad extremadamente alta para las comunicaciones.
Es decir, será virtualmente imposible para los piratas informáticos interceptar la comunicación entre ese estadio y el Centro de Operaciones Conjuntas del Mundial. ¿Ciencia versus fútbol: alianza temporal u otra manera de invertir dinero?

A vivir el Mundial
Desde ya brindemos de alegría por la selección de nuestra preferencia, pero nunca olvidemos que somos espectadores de un gran montaje, en el que desde el balón (Jabulani) hasta la última camiseta llevan sobre sí el peso del entusiasmo y la alegría de millones de personas, pero a la par, son piezas ya bien engranadas en el motor de la reproducción económica que es el fútbol, el más rentable y grande negocio del deporte mundial.