16 junio, 2010

Nueva Zelanda y un histórico empate

“No por mucho madrugar… se amanece con victoria”, parafrasearon los jugadores de Nueva Zelanda al empatar con Eslovaquia a uno, cuando la fiesta de los europeos por su primera victoria en la Copa Mundial de Fútbol era casi un hecho.
El segundo partido del Grupo F era visto como el menos interesante de la quinta jornada, sin embargo, nada más lejos del vaticinio, pues se combinaron dos estilos de juegos en el que los oceánicos apostaron por los pases largos y cruzados para avanzar en la cacha, mientras los eslovacos prefirieron los pases cortos, sorpresivos y fuertes.
Una y otra amenaza a las porterías calentaron el ambiente del primer tiempo, pero el abrazo se rompió en la segunda mitad, exactamente en el minuto 50, cuando Robert Vittek le ganó la espalda al defensa neozelandés, tras un preciso centro de Sestak. Fue solo el adelanto de una ofensiva despiadada que no encontró más goles de puro milagro.
Así las cosas, cuando el árbitro ya entraba en tiempo de descuento de los 90 minutos reglamentarios, un cabezazo de Smeltz salió apenas desviado a tres metros de la red. Parecía el final, pero quedaba una última bola de la tarde, un centro del propio Smeltz que encontró la cabeza de Winston Reid y Nueva Zelanda alcanzó el histórico abrazo 1-1.
Clasifica esta, sin dudas, como una gran sorpresa del mundial, pues ahora en la próxima salida, el sábado 20, Eslovaquia enfrentará a Paraguay, y Nueva Zelanda a los campeones defensores de Italia, en duelos que pudieran dejar definidos los que avanzan a octavos de final.

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