Yanet selló con plata frente a Ryoko

La actuación cubana en el XXV campeonato mundial de judo finalizó este domingo con cinco preseas e igual cantidad de clasificaciones para Beijing 2008, con la última nota más sobresaliente para Yanet Bermoy (48 kg), que cayó por yuko en la discusión del título ante la japonesa Ryoko Tani, la mejor del planeta en todos los tiempos.
Bermoy había ganado con anterioridad por ippón a la congolesa Honorine Oyamaente y a la bielorrusa Tatyana Moskvina; en tanto dominó por yuko a la italiana Valentina Moscatt y en semifinales aventajó por koka a la argentina Paula Paretto. Quedó la escena lista para su combate frente a Ryoko, a quien nunca antes había enfrentado.
La decisión frente a la asiática sobrevino en el primer minuto, cuando le marcó yuko, ventaja que no pudo remontar la cienfueguera. No obstante, su segundo lugar permitió que Cuba terminara con el subtítulo por naciones en la rama femenina (2-1-0), sólo superada por Japón, que ascendió del octavo lugar al primero en la última fecha de competencia (2-2-3).
En esta jornada conclusiva, Idalis Ortiz en la división libre también dio una nota muy agradable al concluir quinta. La más joven del equipo rindió una faena excelente antes de caer por yuko en la discusión del bronce ante la francesa Anne Sophie Mondiere. El resto de los cubanos se comportó así: Yasmani Piker (60 kg) ganó un combate y perdió dos; mientras Tenochitlán Cárdenas no pasó del primer pleito en la categoría libre.
Por naciones, al sumar la plata de Yordanis Arencibia (66 kg) y el bronce de Oreidis Despaigne (100 kg), Cuba fue cuarta (2-2-1), detrás de Japón (3-2-4), Brasil (3-0-1) y Francia (2-2-4). Fueron precisamente esos hombres, más las campeonas mundiales Yurisel Laborde (78 kg) y Driulis González (63 kg) y la propia Yanet, los únicos merecedores por la Isla de boletos olímpicos directos.

ÚLTIMOS APUNTES DEL MUNDIAL

Los favoritos a conquistar los mayores lauros por nuestras selecciones no defraudaron, en un torneo considerado el más complicado del actual ciclo deportivo, y donde los brasileños aprovecharon su condición de sede para ganar tres títulos entre los hombres.
Yurisel Laborde (78 kg) no sólo consiguió su segundo título del orbe de manera consecutiva, sino que convenció en todas sus salidas y apunta como la judoca a derrotar en la cita estival china. Driulis González (63 kg) no hizo caso a sus 33 años y en la séptima aparición mundialista regresó a casa con su tercera corona. La hazaña se pintó mayor si tenemos en cuenta que sólo la propia Ryoko (7) y Noriko Anno (4) le anteceden en cetros, aunque ella y la primera son las únicas con siete preseas.
El resto de las muchachas se comportó como esperábamos, con la excepción de Yurisleidis Lupetey (57 kg), a quien el alejamiento de las competencias por sus continuas lesiones pareció cobrarle ahora una deuda pesada. Muy bien el séptimo lugar de la reaparecida Yalennis Castillo (70 kg), en tanto Sheila Espinosa tendrá que seguir perfeccionando su estrategia ante contrarias asiáticas. Ivis volvió a perder su oportunidad grande, mientras Idalis Ortiz convenció a más de un especialista con su desempeño en el estreno mundialista.
Entre los hombres, aplausos estremecedores para Yordanis Arencibia (66 kg), quien estuvo a un paso de su ansiada corona universal. Un vídeo visto por este redactor demuestra que el combate final contra el anfitrión Joao Derly pudo haberse definido a favor del antillano antes de la regla de oro, pero el arbitraje determinó lo contrario. El holguinero se ratificó como el judoca más laureado con cuatro preseas (0-1-3).
Quedará ahora el reto de analizar lo que no salió bien o lo que pudo ser mejor. Nuestros judocas han regresado con arena dorada de Río de Janeiro y en Beijing están comprometidos a superar sus resultados.