06 abril, 2009

Yumari González: es la hora de pensar en Londres


Hace apenas unas semanas cuando se comentaba sobre las probables actuaciones de Cuba en el campeonato mundial de ciclismo, en Pruszkow, no pocos especialistas mencionamos a Yumari González como una carta de triunfo de lujo en la pequeña comitiva que nos representaría.
Y no estábamos lejos en los vaticinios si ahora podemos hablar con alegría de que Cuba terminó séptima general y tercera entre las damas, gracias al oro y la plata de Yumari, por demás, la única medallista de la Isla en esta cita, pues sorpresivamente Lisandra Guerra, tres veces laureada y campeona defensora en los 500 metros contrarreloj, quedó fuera del podio en esta ocasión.
Con su habitual sonrisa y una noble sencillez, Yumari recuperó el cetro universal del scratch que un año atrás había cedido en Machester al terminar segunda, en un esfuerzo supremo y encomiable, pues dos meses antes había sufrido una grave lesión en un certamen local celebrado en Cienfuegos.
Y como si esta vez NO le bastara con la corona, salió el último día en pos de otra medalla y la logró: subtitular en la carrera por puntos. La espirituana es ahora la ciclista cubana con más preseas en estas lides, al sumar cuatro (2-2-0) y es la única bicampeona universal entre nosotros, algo que la ubica en la cumbre de este deporte.

Sin embargo, lo sucedido en el velódromo polaco hace apenas siete días es la señal que necesitábamos para confirmar los sueños olímpicos de la experimentada pedalista. Tras varios años entre las mejores velocistas del mundo, la estelar ciclista tiene ya todos los títulos del ciclismo, excepto el olímpico.
La consagración como figura universal ha devenido, contrario a lo que muchos opinaban hace cinco años atrás, en las pruebas de resistencia. Dos oros y una plata del planeta en el scratch, así como el reciente subtítulo del orbe en la carrera por puntos son suficientes para ajustar con ella una estrategia de cara a los próximos Juegos Olímpicos de Londres 2012.
Es preciso darle más responsabilidad ya en la carrera por puntos —dado que el scratch no está en el programa de la cita cuatrienal—, uno de los pocos eventos en que Cuba ya experimentó una presea olímpica, gracias a la plata de otra formidable, Yoanka González, en Beijing 2008.
Con un formidable sprint, una táctica de carrera más inteligente y un cuidado excesivo para que no ocurran lesiones en los momentos decisivos, Yumari puede no sólo aportar la segunda medalla olímpica para el ciclismo cubano, sino que puede cambiarle el color por oro. El talento y las ganas sobran. Todo parece entonces cuestión de tiempo.

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