12 junio, 2008

Cuba fue tercera en unos Juegos Olímpicos

La historia de Cuba en Juegos Olímpicos es tan rica que no pocas veces la información puntual desplaza a la investigación que hurga en antecedentes, anécdotas e interioridades de estas citas.
Una paciente búsqueda, confirmada con datos del sitio oficial del Comité Olímpico Internacional (COI) www.olympic.org y decenas de revistas y periódicos de la época, revela con claridad un hecho que ha sido la manzana de la discordia de periodistas, directivos y estadísticos en los últimos años: ¿cuál fue la verdadera actuación de nuestra delegación en la tercera edición de 1904, disputada en Saint Louis, Estados Unidos? Quizás se asombre, pero Cuba sí fue tercera por países en la tabla final de medallas.
Los no pocos inconvenientes organizativos y las malas caras de las delegaciones visitantes —no se hicieron memorias oficiales de esos Juegos ni de los de París 1900—, provocaron incluso que muchas naciones se reunieran en 1906, en Atenas, para la celebración de otra justa similar por el décimo aniversario de estas fiestas deportivas, la cual finalmente no reconoció el COI.
Por supuesto, la calidad de la lid en Saint Louis fue muy pobre —sin que por ello se les deba restar méritos a los campeones—, con la participación de apenas 21naciones —10 lograron medallas—, al tiempo que pasó a la historia del olimpismo como la segunda versión de más baja concurrencia, pues solo se inscribieron 687 deportistas en 14 disciplinas.
¿Por qué el interés de esta edición 104 años después? Sencillo. El cómputo definitivo de las preseas de Cuba durante décadas ha sido motivo de errores, con medallas de más o menos, según la publicación de referencia. Asimismo, se han suscitado enconadas discusiones sobre lo sucedido en la ciudad estadounidense, pues algunas pruebas se celebraron, pero no puntearon oficialmente —sí se entregaron los premios—; en tanto no todos nuestros medallistas eran cubanos de nacimiento.

Fonst y sus amigos
La esgrima llevó la voz cantante de Cuba en Saint Louis —había sucedido lo mismo en 1900 con el oro de Ramón Fonst en la espada y el reconocido segundo lugar del propio esgrimista en el evento de Espada para Maestros y Amateurs—, con un desglose total de cuatro doradas, dos subtítulos y tres bronces. Y aquí comienza la definición del primer problema, pues lo divulgado hasta hoy refiere, indistintamente, tres o cuatro oros de Fonst, de los que el COI sólo confirma válidos y oficiales dos, en individuales de espada y florete.

Es cierto que el mejor “mosquetero” de la Isla en todos los tiempos conquistó ese 1904 las coronas en espada de combate y florete por equipos, pero la revisión del máximo organismo deportivo no las contempló por razones disímiles, entre ellas, la poca presencia de países y la multiplicidad de naciones dentro de un mismo elenco.
Vale aclarar en este punto, que dada la calidad universal de Fonst —contaba con solo 21 años— y sus inmensas amistades en el mundo de las pistillas, los esgrimistas estadounidenses Albertson Van Zo Post (de origen alemán, pero radicado en La Habana) y Charles Tathan no se inscribieron bajo la bandera de la nación norteña, sino por la nuestra.
Y nada mal lo hicieron. Albertson se anotó el cetro en el bastón francés (conocido también como combate a una estocada), que resulta la dorada más polémica para muchos autores, pues no se sabía a ciencia cierta si el COI lo había homologado o no; además de obtener plata en florete y terceros escalones en espada y sable. Tathan, por su parte, discutió hasta el último asalto la porfía en espada —cayó precisamente ante Fonst—, mientras finalizó con bronce en florete.
Esos desempeños, más la corona en sable individual de otro fuera de serie en la escuela cubana de esgrima de esa década, Manuel Dionisio Díaz, permitieron a la reducida comitiva antillana anclar tercera del medallero por países en esos Juegos, un palmarés histórico, pero achacable de manera exclusiva al talento de Fonst y sus excelentes amigos.
La confusión de los galardones cubanos en esta cita (incluye plata y bronce) se extendió durante todo el siglo XX y lo que va del XXI, sobre todo el oro de Albertson, a quien solo le cargaban el primer puesto del florete colectivo (por cierto, no oficial para el COI en ese momento) y no el título personal. Una vez aclarado el hecho podemos concluir que antes del triunfo de la Revolución el saldo general de medallas olímpicas de la Isla se distribuye en 5-4-3. En esa cifra sumamos la plata del binomio de velas —Charles de Cárdenas, padre e hijo—, en Londres 1948.

¿Llegaremos a las 200 en Beijing?
En las 25 ediciones olímpicas celebradas —no se efectuaron tres por las Guerras Mundiales (1916, 1940 y 1944), pero se respetó la consecutividad del ciclo, de ahí que Beijing sea la 29—, Cuba ha estado presente en 17 oportunidades y solo cinco veces ha regresado a casa sin escalar el podio algunos de sus representantes: París 1924, Ámsterdam 1928, Helsinki 1952, Melbourne 1956 y Roma 1960.
Sin dudas, el 1 de enero de 1959 marcó un viraje total en la política de atención al deporte. Desde 1964, cuando Enrique Figuerola rompió la inercia nacional con su electrizante plata olímpica en los 100 metros planos hasta el último monarca de Atenas 2004, el número de títulos y preseas de Cuba ha ascendido a la cifra de 60 y 170, respectivamente, en tanto resalta el cuarto lugar por naciones de Moscú 1980 y el quinto en Barcelona 1992. Este último, la mejor ubicación integral de todas las ediciones, si tomamos en cuenta el número de países presentes (173) y el alto nivel competitivo.
¿Podremos entonces abrazar en la capital china la mítica cifra de 200 medallas olímpicas? ¿Qué posibilidades reales de finalizar entre los 11 primeros tendrá nuestra comitiva? ¿Ganará China la edición que se inicia el venidero 8 de agosto? Esas y otras interrogantes las abordaremos en próximos trabajos. Por el momento, esta investigación termina. Y ya ve usted, Cuba sí fue tercera en unos Juegos Olímpicos.

ESGRIMA EN SAINT LOUIS 1904

EVENTO ORO PLATA BRONCE
Florete individual
1.-Ramón Fonst (CUB) 2.-Albertson Van Zo Post (CUB) 3.-Charles Tatham (CUB)

Espada individual
1.-Ramón Fonst (CUB) 2.-Charles Tatham (CUB) 3.-Albertson Van Zo Post (CUB)

Sable individual
1.-Manuel Dionisio Díaz (CUB) 2.-William Grebe (EE.UU.) 3.-Albertson Van Zo Post (CUB)

Bastón individual
1.-Albertson Van Zo Post (CUB) 2.-William Grebe (EE.UU.) 3.-William Scott O'Connor (EE.UU.)