Hace
dos temporadas llegó Víctor Mesa a Matanzas. Desde entonces, el equipo de
béisbol salió del abismo en que parecía hundido por casi dos décadas y con
bronce y plata en las Series 51 y 52, respectivamente, se convirtió en ídolo de
su pueblo, al cual le han prometido para la venidera campaña el título más
cotizado del deporte cubano.
La
tropa yumurina es una de las pocas que más parecido tiene a la vista en la
versión anterior, incluso más reforzada si tomamos en cuenta que el torpedero
guantanamero Dainer Moreira le ha venido a redondear un cuadro en el que José
Miguel Fernández en segunda y Yurisbel Gracial en tercera no son segundos de
nadie cuando de ofensiva y defensa se trata.
En
los jardines vuelven a figurar opciones de fortaleza con Yadiel Hernández,
Víctor Víctor, Guillermo Heredia y Ariel Sánchez, quienes ya demostraron ser no
solo buenos defensores, sino también temibles con el madero y en el corrido de
las bases, un aspecto que les ha dado muchas victorias, inspirados en esa
explosividad y juego alegre que impone su mánager.
El
pitcheo vuelve a ser el área más débil del conjunto, aunque los brazos de Joel
Suárez, Maykel Martínez y Royd Hernández han madurado y están en perfectas
condiciones de aguantar al menos seis-siete entradas a sus rivales, para que
Félix Fuentes, Yoanni Yera y Yasmani Arias releven y garanticen los triunfos
necesarios para incluirse primero entre los ocho elencos que pasarán a la
segunda etapa.
Quizás
el hueco aún no cerrado para Víctor Mesa sea el inicialista, pues los
comentarios de que el tunero Joan Carlos Pedroso jugaría con los llamados
«Cocodrilos» no se han confirmado, en tanto Yasiel Santoya y Demis Valdés son
peloteros que han alternado esa posición, pero sin el brillo del resto de sus
compañeros de cuadro.
¿Podrá
Víctor Mesa cumplir la promesa de conducir a Matanzas al título, que por última
vez conquistaron en 1992, bajo el nombre de Henequeneros? ¿Antes de que empiece
la Serie tendrá nuevos jugadores que refuercen los aspectos más débiles de su
selección? ¿Cuántas sorpresas, tácticas y estrategias tendrá bajo su manga el
polémico director para apoderarse del refrán: «a la tercera va la vencida»?
Pocos
tenemos dudas de que los yumurinos serán inquilinos seguros entre los ocho
primeros, e incluso su presencia en los play off —una vez reforzado su pitcheo
para la segunda fase— no sería sorpresa ya para nadie. Queda solo la
expectativa de cómo asumirán sobre el terreno esa condición de subcampeones,
algo que siempre presiona, sobre todo ante su propia afición.
Este
Matanzas sale, a diferencia de hace tres años y de lo que ha sucedido con
muchos equipos, como uno de los cuadros que menos fisuras, deserciones, bajas y
lesiones tiene para esta 53 campaña beisbolera. Ahí pudiera quedar definida
también su actuación, sin olvidar que su team work es hoy un arma envidiable
por otros conjuntos.
De
Víctor debemos esperar un poco más de lo que nos tiene acostumbrados. Garra,
juego fuerte, perseverancia, entusiasmo y nervios más tranquilos, aunque todos
sabemos que su carácter es precisamente ese: dejarlo todo en el terreno por una
victoria que él espera más que nadie, pues aún no se ha podido titular como
mánager en nuestras series nacionales. Y ese sueño lo perseguirá hasta el
final.
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