Cuando restan todavía más de dos meses para el supuesto
inicio oficial de la venidera serie nacional de béisbol, los debates populares
se centran ya en las preselecciones provinciales y los cambios de directores en
seis equipos.
Este último aspecto vuelve a ser el más llamativo, sobre
todo en selecciones históricas como Santiago de Cuba y Pinar del Río, en tanto
Sancti Spíritus, Holguín y Camagüey siguen buscando un timonel ganador por
tercer año consecutivo.
A ellos se les sumó la selección de Guantánamo, con un
relevo lógico para Agustín Lescaille luego de un lustro de buenos resultados
con una formación que tiene todos los ingredientes para subir al podio anhelado
por los más orientales del país.
Las preguntas parecen entonces muy sencillas: ¿cambiar es
sinónimo de que todo saldrá bien, incluido el boleto a la postemporada? ¿Acaso
uno de los problemas actuales de nuestro béisbol no es precisamente la carencia
de directores competentes? ¿Cuándo acabaremos con el mito de que los juegos y
los campeonatos los ganan los equipos y los pierden los mánagers?
Los seis nuevos directores que se estrenarán en la venidera
serie nacional de béisbol andan ya en plenos trajines con sus respectivas
preselecciones, muchas de ellas llenas de jugadores con muy poca experiencia en
nuestros clásicos.
Para el otrora estelar torpedero Giraldo González el reto
mayor es recuperar la confianza de victoria y la cohesión interna dentro de un
equipo pinareño que históricamente ha estado entre los mejores del país y
levantó su último título en el 2011 con Alfonso Urquiola.
El reto de Evenecer Godínez con Santiago de Cuba es también
altísimo, sobre todo después de dos años sin llegar a la postemporada. El
retiro de cuatro figuras consagradas y un pitcheo con algunas fisuras le
imprimirán muchos dolores de cabeza a quien fuera otro excelente defensor del
campo corto.
En el caso de Yovani Aragón, la tarea con Sancti Spíritus es
casi una cuestión de honor, pero lo que ni Lourdes Gourriel, Juan Castro y
Ruperto Zamora lograron con esa envidiable selección se vislumbra difícil que
el lanzador más ganador de esa provincia pueda lograrlo. El béisbol no es
magia.
Sin subestimar a ninguno de los otros mánagers nombrado, las
responsabilidades del ex lanzador Luis Guevara con Camagüey, de Irochi Bartutis
con Holguín y de Orlando Jarrosay con Guantánamo levantan menos expectativa que
el trío anterior, aunque sus respectivas aficiones esperan un debut feliz y
muchos más triunfos.
Sigo pensando que el cambio continuo de directores pocas
veces resulta efectivo, sea el equipo que sea. Un trabajo mínimo de 3-4 años es
lo que permite verdaderamente una mejor evaluación de las capacidades de mando,
en tanto puestos vitalicios sin resultados tampoco es coherente.
Ojalá no estemos en presencia de otra curita a los serios
problemas que debemos resolver entre todos en el béisbol cubano.
1 comentario:
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