Las acciones de la gran final de la LI Serie Nacional abrieron con la decimoquinta victoria consecutiva del avileño Vladimir García, quien no creyó en el impasse de casi dos horas por lluvias y dio a su equipo el primer triunfo sobre Industriales (3-2) en el estadio Latinoamericano.
Tal y como se esperaba, el derecho se presentó con su acostumbrada velocidad, solo permitió tres indiscutibles de los azules y resolvió él mismo la situación más difícil del juego, cuando fildeó en el octavo capítulo una línea aterradora de Juan Carlos Torriente con dos hombres en circulación y un out.
Luego, en el noveno inning, Carlos Tabares le sacó la pelota de foul por el jardín izquierdo y puso en tensión a miles de aficionados, pero como dice el refrán: por poquito no se vale… y segundos más tarde lo dominó en fly a las manos de Rusney Castillo en el bosque derecho.
Las tres carreras que definieron el partido llegaron después del torrencial aguacero. Yoelvis Fiss estaba en segunda con un out al reanudarse el choque y Vargas decidió entonces dar boleto intencional a Isaac Martínez, a lo cual le siguió el cañonazo de Lisdey Díaz. Dos lanzamientos algo extraviados de Despaigne, pero fildeables, abrieron el home a dos “tigres”, en tanto Raúl González impulsó la tercera con doble.
Declaraciones y vaticinios
“Me sentía muy fuerte y durante el receso por la lluvia me mantuve caminando, haciendo ejercicios porque sabía que esta victoria era importante para el equipo. A Tabares le tiré una recta afuera que se quedó alta y con buena suerte, el batazo salió de foul”, señaló en la conferencia de prensa el lanzador que no pierde desde el 26 de enero y quien suma 19 éxitos en esta campaña (cinco en play off).
“La serie debe ser bastante pareja y con juegos de esta tónica. Es cierto que no habíamos jugado nunca con un estadio tan lleno, pero nuestro equipo ha madurado y la filosofía es que no jugamos con el público, sino contra peloteros”, apuntó el mánager avileño, Roger Machado, que desestimó los pronósticos periodísticos que conceden a Industriales la condición de favoritos.
Un poco más parco, el timonel de los “leones”, Lázaro Vargas, comentó: “el partido fue muy reñido, no pudimos producir carreras porque los batazos salieron de frente”, en tanto aseguró que será difícil el regreso de Frank Camilo Morejón a la receptoría por tener tres puntos en su mano de tirar, mientras Frank Monthiet sí está listo para trabajar luego de haber sufrido un dengue viral.
Por su parte, Odrisamer Despaigne, acotó que en ese séptimo inning se enredó más de la cuenta con lanzamientos altos y algunos que se les escaparon, “pero eso sucede en la pelota y esto empieza ahora, nosotros nos repondremos de esta derrota pronto”.
¿Rivalidad es sinónimo de calidad?
Aunque la fase decisiva roba hoy el protagonismo, mucho aún se comenta si estas emociones y rivalidades que vemos se traducen en calidad. Hemos visto bastantes errores del ABC beisbolero en cuanto al corrido de las bases, al pensamiento de los lanzadores, a la correcta ubicación en la defensa y a la definición del mejor conteo para batear.
¿Acaso es calidad que un equipo fabrique 20 carreras y al siguiente solo batee cuatro hits? ¿Es posible que jugadores de nuestra selección nacional se vean ansiosos, con falta de concentración y no sean capaces de liderar sus conjuntos provinciales en una postemporada? ¿Cómo explicar que los robos de bases, las jugadas de corrido y bateo y los toques de bola estén hoy en extinción para muchos equipos?
El encuentro entre los monarcas de Occidente y Oriente puede cambiar ese rostro. Talento, peloteros experimentados y directores inteligentes deben ofrecer más que una encarnizada rivalidad en los seis pleitos restantes para el cierre de una serie que se ha salvado de los bostezos por el trío de equipos que coronará el podio.
Tal y como se esperaba, el derecho se presentó con su acostumbrada velocidad, solo permitió tres indiscutibles de los azules y resolvió él mismo la situación más difícil del juego, cuando fildeó en el octavo capítulo una línea aterradora de Juan Carlos Torriente con dos hombres en circulación y un out.
Luego, en el noveno inning, Carlos Tabares le sacó la pelota de foul por el jardín izquierdo y puso en tensión a miles de aficionados, pero como dice el refrán: por poquito no se vale… y segundos más tarde lo dominó en fly a las manos de Rusney Castillo en el bosque derecho.
Las tres carreras que definieron el partido llegaron después del torrencial aguacero. Yoelvis Fiss estaba en segunda con un out al reanudarse el choque y Vargas decidió entonces dar boleto intencional a Isaac Martínez, a lo cual le siguió el cañonazo de Lisdey Díaz. Dos lanzamientos algo extraviados de Despaigne, pero fildeables, abrieron el home a dos “tigres”, en tanto Raúl González impulsó la tercera con doble.
Declaraciones y vaticinios
“Me sentía muy fuerte y durante el receso por la lluvia me mantuve caminando, haciendo ejercicios porque sabía que esta victoria era importante para el equipo. A Tabares le tiré una recta afuera que se quedó alta y con buena suerte, el batazo salió de foul”, señaló en la conferencia de prensa el lanzador que no pierde desde el 26 de enero y quien suma 19 éxitos en esta campaña (cinco en play off).
“La serie debe ser bastante pareja y con juegos de esta tónica. Es cierto que no habíamos jugado nunca con un estadio tan lleno, pero nuestro equipo ha madurado y la filosofía es que no jugamos con el público, sino contra peloteros”, apuntó el mánager avileño, Roger Machado, que desestimó los pronósticos periodísticos que conceden a Industriales la condición de favoritos.
Un poco más parco, el timonel de los “leones”, Lázaro Vargas, comentó: “el partido fue muy reñido, no pudimos producir carreras porque los batazos salieron de frente”, en tanto aseguró que será difícil el regreso de Frank Camilo Morejón a la receptoría por tener tres puntos en su mano de tirar, mientras Frank Monthiet sí está listo para trabajar luego de haber sufrido un dengue viral.
Por su parte, Odrisamer Despaigne, acotó que en ese séptimo inning se enredó más de la cuenta con lanzamientos altos y algunos que se les escaparon, “pero eso sucede en la pelota y esto empieza ahora, nosotros nos repondremos de esta derrota pronto”.
¿Rivalidad es sinónimo de calidad?
Aunque la fase decisiva roba hoy el protagonismo, mucho aún se comenta si estas emociones y rivalidades que vemos se traducen en calidad. Hemos visto bastantes errores del ABC beisbolero en cuanto al corrido de las bases, al pensamiento de los lanzadores, a la correcta ubicación en la defensa y a la definición del mejor conteo para batear.
¿Acaso es calidad que un equipo fabrique 20 carreras y al siguiente solo batee cuatro hits? ¿Es posible que jugadores de nuestra selección nacional se vean ansiosos, con falta de concentración y no sean capaces de liderar sus conjuntos provinciales en una postemporada? ¿Cómo explicar que los robos de bases, las jugadas de corrido y bateo y los toques de bola estén hoy en extinción para muchos equipos?
El encuentro entre los monarcas de Occidente y Oriente puede cambiar ese rostro. Talento, peloteros experimentados y directores inteligentes deben ofrecer más que una encarnizada rivalidad en los seis pleitos restantes para el cierre de una serie que se ha salvado de los bostezos por el trío de equipos que coronará el podio.
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