Con soberbias demostraciones en cada una de cinco
presentaciones, el judoca cubano Asley González se ratificó como el número uno
de su división (90 kg) y se proclamó campeón universal en Río de Janeiro,
Brasil, en lo que constituyó la primera presea de Cuba en esta cita del orbe.
La pelea final y semifinal del antillano quedarán
guardadas en su memoria con especial celo, pues eliminó en la discusión del
título al difícil georgiano Varlam Liparteliani tras dos penalizaciones a su
rival, en tanto en semifinales lo hizo por yuko en regla de oro con el campeón
olímpico de Atenas 2004 y doble titular del planeta, el griego Ilias Iliadis.
Su impresionante forma física y el alto nivel técnico
exhibido le permitieron al subtitular olímpico de Londres 2012 mejorar el
bronce alcanzado en el mundial del 2011, al tiempo que se ratificó como el
hombre proa de la selección masculina que dirige el profesor Justo Noda.
La progresión de sus combates fue la siguiente: victoria
inicial por ippón frente al serbio Aleksandar Kukolj; triunfo por idéntica
puntuación sobre un conocido sudcoreano Don Han Gwak y éxito por wazari sobre
el húngaro Krisztian Toth. Esta última pelea fue decidida en los últimos 30
segundos, cuando el villaclareño remontó una diferencia en la pizarra y marcó
la técnica.
En sus primeras declaraciones al sitio oficial del
evento, Asley dedicó el oro a toda Cuba, en especial a su familia y su
entrenador, por haberle dado siempre la confianza para ganar. “Soy el judoca
más feliz de este mundial”, dijo emocionado a los reporteros de prensa quien se
convirtió en el segundo campeón mundial de una selección cubana masculina,
detrás del título conquistado por Manolo Poulot en 1999.
Las emociones de Cuba en esta jornada también llegaron
a través de la aguerrida Kaliema Antomachín (78 kilos), que se impuso por ippón
en sus tres primeras salidas al tatami frente a la francesa Lucie Louette, la
ausatraliana Isabelle Kopecny y la ucraniana Viktoriia Turks, válido para
colarse entre las semifinalistas.
En esta ronda decisiva cayó cerradamente por yuko ante
la holandesa Marhinde Verkerk, y luego, en la porfía por el bronce sufrió igual
derrota ante la francesa Audrey Tcheumeo. No obstante, varios especialistas y
foristas de judo resaltaron, vía internet, que la cubana “demostró buen ritmo y
mucho coraje, solo que bajó un poco su ataque después que le marcaron”.
Los otros dos judocas que no avanzaron más allá de la
segunda presentación fueron Onix Cortés y Yeslanids Echemendía. En el caso de
Onix superó en su debut a la japonesa Haruka Tachimoto, pero fue derrotada
minutos más tarde por la germana Laura Vargas Koch cuando tenía ventaja de
yuko. Echemendía abrió con victoria fácil sobre el boliviano Martin Michel,
pero cedió por wazari con el sudcoreano Kyu-Won Lee.
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