No ha existido nunca en Cuba una opinión unánime luego de la
integración de un equipo de béisbol de cara a certámenes internacionales, por
tanto lo sucedido con la nómina anunciada para el IIII Clásico Mundial volvió a
levantar comentarios, críticas, apoyos, cuestionamientos y una infinidad de
interrogantes, muchas de las cuales no tendrán respuesta hasta el final de la
actuación de nuestros peloteros en el magno evento.
Sin duda, las ausencias de Ariel Pestano, Michel Enríquez y
Yadier Pedroso se robaron protagonismo en las discusiones, sobre todo la del
máscara villaclareño, todo un ícono de la receptoría antillana, con casi tres
lustros en la selección nacional y 22 campañas en casa. ¿Se fue injusto? ¿Hay
elementos suficientes para excluirlo? ¿Era el momento del cambio en una
posición tan compleja?
Vayamos por parte. La explicación pormenorizada del mentor
Víctor Mesa y su colectivo técnico sobre los peloteros que muchos pensaban que
estarían y no están, pueden o no convencer a algunos sobre la dinámica de grupo
que se pretende con los seleccionados, pero nadie podrá negar que ha sido la
revolución más arriesgada de cuántas se han emprendido en nuestro deporte
nacional en los últimos quince años.
De Pestano se habló con elegancia. Se reconoció sus
excepcionales condiciones como cátcher —para algunos el mejor desde 1959—, se
elogió su entrega y dedicación por tantos años, su patriotismo y su amor por el
béisbol más allá de si su carácter simpatiza o no con los directivos. Y esto
quedó claro en la conferencia de prensa.
Los argumentos brindados para no estar en la selección
cubana fueron su reciente enfermedad (varicela), el bajo rendimiento en la
presente serie y el más importante: los seleccionados pueden cumplir con igual
o mejor calidad el desempeño que él tenía en el equipo. Y aquí es quizás el
punto más polémico, pues todavía existe la duda de si una maestría como la
Pestano es posible imitarla en un evento como el que se avecina.
Sin embargo, los criterios divididos en la propia Comisión
Técnica hablan a las claras que sopesaron todas esas ideas y más. No es menos
cierto que muchos también han argumentado, sobre todo en los últimos cuatro
años y ante la continúa pérdida de campeonatos internacionales, ¿hasta cuándo
los mismos nombres, por qué no darle oportunidades a otros talentos crecidos y
maduros con la fuerza del juego diario?
Pestano no está liquidado, como rezan sus enemigos, pero
tampoco es hoy el mismo del 2004 o el 2006, cuando acarició su título olímpico
y la plata del Clásico Mundial, respectivamente. Pestano está consciente de la
pujanza de los jóvenes, aunque como buen guerrero, enseñó sus credenciales
hasta el último momento.
Considero que el punto menos valorado en todas las
discusiones es que, dada las atribuciones merecidas y reclamadas por todos para
un director —no alguien que cumplirá órdenes o instrucciones—, en el juego que
pretende imponer Víctor Mesa en el Tercer Clásico, Pestano no le encaja. Y eso
es tan válido como el sentimiento de dolor que hoy experimenta el receptor
naranja y todos sus seguidores.
Pero si las exclusiones levantaron polémicas, las
inclusiones de los pineros Luis Felipe Rivera, Andy Ibañez, Raciel Iglesias y
Wilber Pérez, del matancero Yadier Hernández y de los lanzadores Danny
Betancourt y Vicyohandri Odelín recibieron también, en todas las plazas del
país, los criterios más encontrados, para bien y para mal.
En lo personal, lo más sorprendente no es Ibañez —dada la
crisis en segunda base hoy —, ni el regreso de dos serpentineros que vistieron
la camiseta de Cuba en varias oportunidades. Eléctrico es Luis Felipe Rivera,
que a sus 35 años corre como pocos, defiende como un león el primer cojín y
además fildea en los jardines. ¿Será esta su gran oportunidad como fue la de
Yoandry Garlobo y Ariel Borrego en el primer clásico? Víctor confía que sí.
Sin embargo, sigue pareciendo que en entre los jugadores de
cuadro cabía una tercera base más o un utility que jugara esa posición, por
delante de un sexto jardinero como Yadier, quien quizás juegue muy poco y no
tenga la opción de moverse a la antesala como sí la hubiera tenido Yurisbel
Gracial, otro de los preseleccionados que se manejó hasta el último momento,
según la propia Comisión Técnica.
No obstante, y esto
es un elemento a no perder en cualquier análisis, hasta el 20 de febrero, Cuba
podrá hacer cinco cambios, los cuales pudieran corregir ese sexto jardinero por
otro tercera y al menos dos lanzadores más, si finalmente Yadier Pedroso,
Dalier Hinojosa, Pablo Millán Fernández y Erlis Casanova logran convencer a la
dirección del equipo que tienen las condiciones físicas y la mentalidad que
exige la escuadra cubana para este Clásico, quizás el más difícil de los tres
celebrados hasta la fecha.
Aplaudo siempre la valentía del riesgo y el cambio, aunque
eso implique una primera resistencia. Víctor Mesa reiteró que el trabajo solo
rendirá frutos si alcanzamos las esperadas victorias y llegamos al menos a la
semifinal del Clásico Mundial. Por el momento, reconozco que no es el equipo
que muchos quisieran, pero tiene la marca de su mánager y si sobre él se
depositó toda la confianza, lo correcto es dejarlo actuar y sacar luego las
conclusiones.
2 comentarios:
Interesante blog.
Me gustaría darle a conocer un blog del Barça por si los seguidores cubanos quieren visitarlo: http://marbcn2510.blogspot.com.es/
cubadeportes.blogspot.ru est le blog idéal pour quiconque veut en savoir sur ce sujet. Vous savez autant ses presque difficile d'argumenter avec vous (non pas que j'ai vraiment voudrait ... haha). Vous avez certainement donner un tour nouveau sur un sujet thats écrit sur des années. Great stuff, tout simplement génial!
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