Si alguien hubiera pronosticado que la selección cubana de béisbol perdería dos partidos en la primera vuelta del XIII Torneo Portuario de Rótterdam, Holanda, seguramente lo hubieran tildado de loco, pero la realidad es esta: dos derrotas e igual cantidad de victorias, una de ellas en extrainning ante Alemania.
Como si fuera poco, la tropa que dirige Roger Machado no ha convencido en ningún aspecto de juego, con solo tres hombres por encima de 300 en el bateo, un pitcheo demasiado previsible para sus rivales y defensa errática en las dos presentaciones iniciales.
Si la derrota 4-6 ante Curazao puso en alerta a muchos, no faltaron al mismo tiempo algunas justificaciones desde la sede: el frío holandés, poco entrenamiento en la sede, cero conocimientos de los rivales y hasta las dimensiones “gigantescas” del estadio principal de la competencia.
El único juego en el que lucieron un nivel acostumbrado para una selección nacional fue el escenificado frente al cuadro local. Yadier Pedroso demostró por qué es hoy una de las cartas principales del pitcheo en la Isla y determinó la victoria 4-1, aunque tuvo que lanzar completo sin relevo.
Lo derrota vivida contra Taipei de China (1-3) está en la pelota y nos ha pasado varias veces en la arena internacional. Un pitcher de calidad se nos atraviesa y los maderos se enfrían mientras más crece la impaciencia por ganar. Así sucedió con el zurdo Kuan Ju Chen, quien solo toleró par de indiscutibles y caminó las nueve entradas a base de un control excepcional.
Sin embargo, lo que puso la tapa al pomo de la inestabilidad e irregularidad del conjunto en esta primera fase llegaría con el éxito agónico 4-3 sobre Alemania, en extrainning. Un colega lo definió genialmente: “eso para ellos es como si le ganaran a Cuba en tandas de penales durante un partido de fútbol”. Sencillamente penoso y para llorar ha sido el desempeño de nuestra escuadra en los primeros cuatro pleitos. Los cambios en la alineación sobrevinieron al cuarto día y todavía se deben hacer más, pues los granmenses Urmaris Guerra y Yordanis Samón no han cumplido bien su rol de designado. ¿No será mejor probar con el cienfueguero Osvaldo Arias, de poder ofensivo probado?
A eso habría que añadir la posibilidad de mover la alineación para esta segunda fase, pues Donald Duarte no le ha ido bien en el tercer turno con apenas cuatro imparables en 15 turnos (266), mientras el cienfueguero Yasel Puig es el más suelto al (15-6 para 400 de promedio), incluido el único jonrón del certamen.
Desde este miércoles 29 de junio, el torneo de Rótterdam entrará en su etapa decisiva con la segunda y última fase, de la cual saldrán los dos primeros lugares para discutir el cetro de la justa. Los asiáticos ya suman 5-0 y no parecen tener tensiones para estar en esa final, en tanto Holanda (3-2) y Cuba (2-2) deberán “hilar fino” y no tropezar de nuevo con las mismas piedras si quieren tener derecho al desafío conclusivo el 3 de julio.
Esperemos que el “llanto” de estos días se revierta en sonrisas de victorias, aunque lo más importante es convencer a la afición de que aunque el béisbol se expande por todo el planeta todavía podemos reinar. Claro, siempre y cuando hagamos mejor dentro del terreno lo que define este deporte: anotar carreras.
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