Pinar del Río.- Por esperado no deja de sorprender. El estadio Capitán San Luis es todo verde desde horas tempranas de este miércoles y no precisamente por el color de torres, paredes, asientos y césped. Se trata de una explosión de pueblo, vestido del color de su equipo, que esta noche enfrenta a Ciego de Ávila en el tercer partido por la corona de la 50 Serie nacional de béisbol.
“Esto se acaba aquí”, es uno de los fuertes coros que salieron de las gargantas de más de 10 mil aficionados pinareños, que desde 1998 esperan un título en la pelota cubana y pretenden ganarlo con una barrida en los tres desafíos previstos en estos predios.
Sin embargo, para más detalles –de esos que no se ven en la tele ni en los diarios- el mánager avileño llegó al estadio esta tarde fumándose un tabaco, símbolo indiscutible de las vegas vueltabajeras, en clara provocación deportiva para sus rivales, en tanto el siempre reservado Alfonso Urquiola no se movía de su asiento en el banco, saboreando su acostumbrado habano.
Minutos antes de dar los árbitros la voz de “A jugar”, la mascota avileña – un tigre que salta, corre, batea y roba base- provocó a toda la fanaticada local con un recorrido por todo el estadio, verde, verde, verde, al estilo del poeta y de esta fiesta sociocultural.
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